martes, 3 de abril de 2018

LA CASA DE LAS BANDAS BRILLÓ CON LUZ PROPIA EN LA PRESENTACIÓN DEL EVENTO CANTOS LITÚRGICOS DE SEMANA SANTA 2018.


La tarde estuvo un poco fría, una ligera llovizna acompañó al pregoneo en la Plaza Grande y a la procesión por la calle García Moreno. De a poco, el público se fue sumando a la romería hasta llegar al auditorio en donde se llevaría a cabo el  anunciado recital.

Los cucuruchos, Verónicas, saumeriantes y otros personajes representados por los estudiantes de la Unidad Educativa Don Bosco, encabezaban la procesión. Los cánticos interpretados por los estudiantes llamaban la atención del público flotante que circulaba en ese momento por el lugar.


Esta acción tenía el objetivo de congregar al público e invitarle al recital, y desde luego que se cumplió el propósito. Así se llegó a las inmediaciones del Centro Cultural Metropolitano. Al momento de ingresar al auditorio destinado para este evento, (Sala Protocolar), ya existía un numeroso grupo de personas ubicadas cómodamente en las sillas colocadas para el evento.

Mientras tanto, en uno de los pasillos del Centro Cultural, el coro de los jóvenes afinaba sus voces, repasando uno de los temas, bajo la atenta mirada de su profesor, que con inusitado entusiasmo, observaba todos los detalles.


El momento en que llegaron los personajes a la Sala Protocolar, se vio en el público una gran expresión de asombro y a la vez de complacencia por la fastuosidad de los vestuarios y la algarabía de los jóvenes. Y, de inmediato, inició el recital.

Las agraciadas voces de los jóvenes coristas, estudiantes de la Unidad Educativa Don Bosco y alumnos del Coro de la Casa de las Bandas, luego de cada interpretación, arrancaban sonoros aplausos del público asistente. Los músicos de la BandaEnsamble -por su parte- con la particular ejecución de sus instrumentos, se lucieron, al interpretar todo el recital previsto.


Fue un programa excepcional, por toda la significación que aquello conllevaba. Al final, el público salió satisfecho y llevando en su memoria, el recuerdo de una inolvidable noche de música litúrgica. Todo, gracias a la planificación conjunta  del Centro Cultural Metropolitano y la Casa de las Bandas.