La tarde estuvo un poco fría, una ligera
llovizna acompañó al pregoneo en la Plaza Grande y a la procesión por la calle
García Moreno. De a poco, el público se fue sumando a la romería hasta llegar
al auditorio en donde se llevaría a cabo el anunciado recital.
Los cucuruchos, Verónicas, saumeriantes
y otros personajes representados por los estudiantes de la Unidad Educativa Don
Bosco, encabezaban la procesión. Los cánticos interpretados por los estudiantes
llamaban la atención del público flotante que circulaba en ese momento por el
lugar.
Esta acción tenía el objetivo de
congregar al público e invitarle al recital, y desde luego que se cumplió el
propósito. Así se llegó a las inmediaciones del Centro Cultural Metropolitano.
Al momento de ingresar al auditorio destinado para este evento, (Sala
Protocolar), ya existía un numeroso grupo de personas ubicadas cómodamente en
las sillas colocadas para el evento.
Mientras tanto, en uno de los pasillos
del Centro Cultural, el coro de los jóvenes afinaba sus voces, repasando uno de
los temas, bajo la atenta mirada de su profesor, que con inusitado entusiasmo, observaba
todos los detalles.
El momento en que llegaron los
personajes a la Sala Protocolar, se vio en el público una gran expresión de
asombro y a la vez de complacencia por la fastuosidad de los vestuarios y la
algarabía de los jóvenes. Y, de inmediato, inició el recital.
Las agraciadas voces de los jóvenes
coristas, estudiantes de la Unidad Educativa Don Bosco y alumnos del Coro de la
Casa de las Bandas, luego de cada interpretación, arrancaban sonoros aplausos
del público asistente. Los músicos de la BandaEnsamble -por su parte- con la
particular ejecución de sus instrumentos, se lucieron, al interpretar todo el
recital previsto.
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